Los socorristas de las playas de Cantabria y los servicios de emergencias tuvieron ayer, jueves, una inesperada jornada de trabajo extra con ribetes de angustia. La conjunción de un mar de fondo con olas de más de tres metros y una fuerte resaca puso la bandera roja en la mayoría de las playas de la región, provocó decenas de rescates y terminó en tragedia: un pescador vasco se ahogó en Castro Urdiales, arrastrado por una ola, y un bañista alemán desapareció en la playa de Amio, en Pechón.

«Más propio del invierno»

En Santander y al frente de todas las operaciones estaba el director general de Protección Civil en Cantabria, José Luis Gochicoa. También tuvo constancia del rescate dos bañistas en las playas de Santander y de una niña en La Arnía, Piélagos. Pero las intervenciones fueron tantas y en tantos puntos distintos que no pudo cuantificar el número de actuaciones. «Es muy raro tanto trabajo en un día laborable. Pero ayer el mar estaba muy mal y olas fueron más propias del invierno que del verano».

Según las previsiones que maneja, el oleaje disminuirá en la jornada de hoy, viernes, de tres metros a dos. «Parece ser que el fin de semana la situación se va a normalizar. Pero con el mar nunca se sabe», avisó.

El concejal de Protección Ciudadana de Santander, Eduardo Arasti, también estuvo muy pendiente de la situación en los arenales de la capital. En la Primera Playa de El Sardinero no hubo que lamentar daños, pero el paisaje a media tarde era desolador. Las papeleras, los cubos de basura y las estructuras de madera de las duchas, entre otro elementos urbanos permanecía esparcidos por la arena o flotando en el agua.

Fuente: El Diario Montañés