Los termómetros parecen desquiciados. Normal. Hemos pasado de un flujo de vientos polares a otro subtropical. Y ésa es la causa de que el mercurio haya dado saltos en el registro de temperaturas de Cantabria. En cuestión de dos días. Donde entonces señalaba una mínima de -9,9 grados, ayer marcaba 8,8 grados. Y allí donde apenas se llegaba a una máxima de nueve grados ahora supera los dieciocho grados.

La causante de poder prescindir de abrigo y bufanda y manejarnos tan solo con una chaqueta «es una masa de aire cálido subtropical que ha ascendido desde Canarias». Así lo explica Odón Hernández, jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia del centro de Aemet en Cantabria. El meteorólogo subraya que a lo largo del fin de semana y hasta la jornada de ayer las máximas han subido siete grados y las mínimas hasta diez. Pero rechaza que haya sido nada brusco: «Diciembre es un mes de 'sures', y son habituales situaciones como éstas. Lo que ya no es tan común», sostiene, «es que hayamos tenido un episodio tan largo de fríos y lluvias, y eso es lo que ha hecho que la gente lo haya notado más».

Grandes diferencias

Y lo que ha notado es que, si tomamos como referencia los datos registrados estos últimos días en Santander y Reinosa, el 'salto' de las máximas en la capital ha sido de 12 grados (de 5,9 del día 2 a los 18,3 de ayer) y de 13 grados el de las mínimas. En la comarca campurriana las máximas pasaron de los 0,9 de hace una semana a los 12,8 del lunes, mientras que las mínimas escalaron de los -9,9 que se registraron el sábado a los 8 grados de ayer. Nada menos que una diferencia de dieciocho grados de una mínima a otra en tan corto espacio de tiempo.

Esas cifras explican por sí solas, por ejemplo, que la nieve haya casi desaparecido de aquella comarca (en tres días el espesor se ha reducido hasta treinta centímetros), y que la estación invernal Alto Campoo haya tenido que cerrar por falta de superficie esquiable, barrida además por el viento y las lluvias que han arrastrado hasta Cantabria ese corriente cálida subtropical.

Fuente: El Diario Montañés (http://bit.ly/fkiTTb)