Cantabria está preparada. Un total de 59 quitanieves, 13.000 toneladas de sal y 1.500 aspersores esperan pacientes a la nieve que, si se cumplen hoy las previsiones, aparecerá en cotas de 500 metros. Es la denominada alerta naranja (riesgo importante). Y ante ella, y con el objetivo de garantizar la circulación por la red de carreteras del Estado en la región, se ha puesto en marcha el Plan de Vialidad Invernal: el programa que prepara y coordina los medios técnicos y humanos para luchar contra la nieve y el hielo.

Dado que Cantabria es una de las comunidades autónomas que más sufre los avatares de la nieve, el Ministerio de Fomento ha aumentado la infraestructura. Según los datos que aportó ayer el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, la región contará para este invierno con 59 quitanieves, 52 con cuña y 7 fresadoras. Además, la Demarcación de Carreteras dispone en un almacén de 13.000 toneladas de sal. Para cubrir todo ello se contará con 130 personas, encargadas de trabajar en labores para garantizar la máxima seguridad. El Estado ha destinado un presupuesto de 3,25 millones de euros y cubrirá 622 kilómetros de carreteras.

La principal novedad en las actuaciones para reducir el riesgo en las carreteras ha sido la colocación de 1.500 aspersores de salmuera en los seis viaductos de la A-67, en los accesos a Reinosa, entre Fombellida y Lantueno. «Se trata de las zonas de mayor formación de capas de hielo», advirtió el delegado del Gobierno. Para tratar de evitarlo se ha establecido un sistema automático de fundentes conectado a cuatro estaciones meteorológicas y cuatro sondas o sensores. De esta forma, cuando se alcancen determinados parámetros (los que advierten de la formación de hielo) se pondrán a funcionar los aspersores, colocados junto a las líneas blancas que limitan cada calzada, cada cuatro metros, y que lanzan un fino chorro de salmuera sobre el asfalto, a muy baja altura, de forma que pasa desapercibido para el conductor y que evita la formación del hielo. Los seis viaductos son los de Marlantes, Cañeda, el Hayal, la Hía (boca sur y boca norte), cuya longitud acumulada es de 1.500 metros. También se ha instalado un kilómetro de barreras antiventisca, de 75 centímetros de altura en diversas zona de la A-67 (la autovía con la Meseta), y de las nacionales 611 (Santander-Palencia), 623 (Santander-Burgos) y 629 (Colindres-Burgos), lugares en los que otros años ha habido fuertes vientos que han vuelto a introducir a la calzada la nieve que había sido previamente retirada por las máquinas.

Además, se han colocado 230 metros de barreras antialudes en la boca de un túnel de la A-67 para evitar que la nieve caiga sobre la calzada. Inversiones que, en este caso, alcanzaron los 1,7 millones de euros. Por otro lado, se utilizarán los dispositivos para echar sal a las carreteras conocidos como 'saleros', que la Dirección General de Protección Civil del Gobierno entregó a nueve Agrupaciones de Voluntarios de Protección Civil.

Fuente: El Diario Montañés (http://bit.ly/evdJx6)