Ocho años después de la tragedia del 'Prestige' -el buque que vertió frente a la costa gallega toneladas de crudo y causó un desastre ecológico sin precedentes- Cantabria celebra la existencia de un sistema de vigilancia de su litoral, capaz de hacer saltar todas las alertas en caso de detectar un vertido. Se trata de la Red de Vigilancia Integral de Aguas (Vigia), desarrollado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria IH), por encargo de la Consejería de Medio Ambiente.

Hace un año se botaron dos boyas frente a la Virgen del mar (Santander) y Berria (Santoña), a dos kilómetros de la costa y a 32 y 28 metros de profundidad, respectivamente. Su labor es realizar un seguimiento constante de las aguas.

Según el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, es un sistema «pionero en España», ya que es «el único que facilita el monitoreo en tiempo real de los parámetros ambientales de las aguas costeras». Agregó que se trata de un instrumento «de detección y alerta temprana en caso de vertido de petróleo y sus derivados».

Martín recordó cómo las tareas de limpieza de las 200.000 toneladas de 'chapapote' que llegaron a los acantilados y playas de Cantabria «lo devoraron todo como un cáncer». Ocho años después, ante la pregunta de si estamos ahora mejor preparados para hacer frente a un desafío socioambiental de esas características, el consejero no duda: «Por fortuna, la respuesta es sí» gracias al Vigía, aunque «ojalá nunca tengamos que utilizarlo».


Fuente: El Diario Montañés (http://bit.ly/dsuZh1)